Las pruebas PCR del cribado selectivo de Durango comienzan esta tarde en Landako Gunea

Por contextualizar:

Punto 1: Creo que quienes hemos trabajado en hostelería sabemos en qué condiciones se trabaja habitualmente (con contratos que no reflejan la jornada real, sin contrato, pagos en B, etc). Y si bien es cierto que ha sido la única manera de sobrevivir desde que vino la anterior crisis, no hemos sido capaces de reaccionar hasta que nos ha reventado el modelo en los morros.

Punto 2: No podemos negar la evidencia que sentarse alrededor de una mesa con gente con la que no convives y quitarte la mascarilla es un acto peligroso.

Por lo tanto, no seamos ingenuos y a ver si nos damos cuenta que la anterior “normalidad” se ha esfumado y nada volverá a ser igual. El mensaje feliciano de “Todo irá bien” no sirve más que para engañarnos a nosotros mismos y no reaccionar adecuadamente.

Como dice el proverbio inglés “Espera lo mejor, prepárate para lo peor y gestiona lo que venga.”

Cada vez que leo algunos comentarios aquí me acuerdo de nuestros padres y abuelos que vivieron y sobrevivieron en una guerra y a una guerra. Sin trabajo, sin apenas comida, con racionamientos, fuera de sus casas.
¿Y a mí quién me da de comer? ¿Y qué hago si me quedo sin trabajo? ¿De qué voy a vivir si tengo que cerrar el bar o el restaurante?
A veces suelo pensar…¡iros a tomar por……..!