“La hostelería no va a tener el plus de las fiestas ni el de la Azoka”

Jesus Uria Taberna Herria (Durango)

“La hostelería de Durango no va a tener este año el plus de las fiestas ni el de la Azoka”

Jesus Uría, su hermano Angi y Raquel Pastor llevan 28 años al frente de la taberna Herria. Como al resto de establecimientos de Durango, la pandemia les ha colocado en una situación complicada que afrontan con cierta incertidumbre, pero “con el mayor de los ánimos”. “Nuestro objetivo es mantener vivo el bar y los ingresos que entren, bienvenidos sean. Si ayudan a que hagamos parra o a ganar unos euros, mejor, porque lo peor que nos puede ocurrir es estar en casa comiéndonos la cabeza”.

Los socios volvieron a abrir la taberna el pasado viernes, justo quince días después de que el Gobierno vasco decretara el cierre de toda la hostelería. “Esperamos hasta que decidieron recular y permitir que se sacaran cafés porque no tenía sentido hacerlo antes”, apunta Jesus.

Con un horario peculiar que les mantiene detrás de la barra de 06.00 a 18.30 horas, de lunes a viernes, y de 07.00 a 15.00 horas, los fines de semana, el servicio lo están ofreciendo entre los tres, que son autónomos, ya que tienen a sus diez empleados en ERTE. “Si tuviéramos que estar pagando a esas diez personas, con el negocio cerrado, no podríamos, así que algo es algo”.

En cuanto al funcionamiento del bar, lo que han detectado es que va menos gente —“si antes te venían 30 ahora son 6”—, pero también han recibido algún agradecimiento personal por seguir al pie del cañón. “Hay quien va a trabajar temprano y necesita un buen café de bar para empezar a funcionar. Es curioso, pero es así. Se cogen un café y bollería para llevar o un pintxo, y tan contentos”.

“Un té de Rueda”

Tampoco faltan los pillos como los que el domingo, en plena hora de vermú y rabas, les pidieron con cierta sorna “un té de Rueda” o “tres tés de marianito con hielo”. Eso sí, en un ambiente de tranquilidad que no se parece en nada al que vivieron cuando se podía consumir en las terrazas. “Yo me estresé mucho —admite Jesus— porque había discusiones y tenías que estar pendiente de todo: de la distancia de seguridad, de si estaban fumando o no, de si llevaban la mascarilla… No digo que nosotros hiciéramos todo bien, pero fue algo a lo que no estábamos acostumbrados”.

En cuanto al sector, Jesus cree que recuperarse no va a ser tan fácil. Sobre todo en Durango, “donde la hostelería no tendrá este año el plus de las fiestas ni el de la Azoka. Salimos de marzo y abril, aunque costó, y ojalá podamos hacerlo también ahora, pero mi sensación es que el sector va a quedar un poco tocado. Sobre todo, quienes tengan locales sin terrazas”.

Elu Parra La Amistad Jatetxea (Amorebieta)

“No queremos ayudas, sino indemnizaciones”

En los 50 años que lleva vinculado a La Amistad Jatetxea de Amorebieta, Elu Parra se ha enfrentado a todo tipo de situaciones que han afectado al sector hostelero. Pero pocas han tenido esta magnitud. Por fortuna, han contado con la comprensión del dueño del local, “que nos ha perdonado el alquiler mientras hemos estado cerrados, como ahora es el caso” y de la clientela, “que ha respondido muy bien cuando hemos podido permanecer abiertos”.

El principal temor de Elu es que esta situación provoque un cambio de hábitos en la gente que ya no tenga vuelta atrás. “Hemos notado falta de clientela habitual que tiene miedo a salir, a estar en contacto cercano con extraños. Esa desconfianza se va a quedar con nosotros para siempre porque hay quien va a interiorizar que la hostelería es un lugar peligroso”, vaticina.

Comprende que hay que tomar medidas para contener la pandemia, pero no entiende porque se ha “demonizado a un sector que se ha adaptado a la situación y ha invertido mucho dinero en medidas de seguridad: purificadores de aire, vitrinas, pantallas… Nuestros locales están más preparados que cualquier otro negocio”.

Confinamiento total

Toda esa cantidad ya invertida, será difícil de recuperar si se suma a los límites horarios impuestos a estos establecimientos y a que el público “impondrá por sí mismo los límites de aforo, ya que va a rechazar el estar comiendo, codo con codo, con la mesa de al lado”.

Por eso, considera que no se trata de que el Gobierno les ofrezca ayudas. “Lo que queremos son indemnizaciones”, zanja.

Respecto al confinamiento, considera que sus efectos pueden ser positivos. De hecho, es partidario “de un cierre total, durante un mes o mes y medio, como se hizo anteriormente, pero no solo de la hostelería. Eso sería lo ideal si realmente se quiere parar el avance del virus”, defiende.