“El gusanillo de competir no se te quita nunca”

El zaldibartarra Enrique Barrenetxea-Arando regresó a la competición el año pasado, tras 17 fuera del circuito. Su vuelta llegó con un segundo puesto en el Campeonato vasco de Rallysprint, que no pudo ganar por un único punto. Esta temporada ha logrado resarcirse alcanzando el título en la última jornada, tras una espectacular racha de cuatro victorias seguidas.

Hace casi dos décadas se despidió con otro triunfo, en Gernika. “Sentí que ya tenía edad de asentarme y decidí desconectar totalmente del mundo de los rallies, porque sabía que era el único modo de dejarlo”, recuerda.

Pero al año pasado, empezó a reconsiderarlo. “El gusanillo de competir no se te quita nunca y, poco a poco, me volvieron a entrar las ganas de volver a correr. Aunque cuando lo comenté en mi familia no vieron con buenos ojos que, con casi 50 años, regresara a un deporte que conlleva cierto riesgo. Pero yo me veía bien”, afirma.

Cerrar bocas

Una vez tomada la decisión, Barrenetxea-Arando se compró un coche “competitivo” y junto al durangarra Anartz Onandia volvió al circuito, amparado por la escudería Durangalde Racing Elkartea. Su Mitsubishi EVO IX pronto empezó a darles alegrías.

“Ganamos la segunda carrera que disputamos, en Goierri. No esperábamos que los triunfos llegaran tan pronto, aunque sabíamos que teníamos coche para estar delante”, confiesa. “La verdad es que cerramos unas cuantas bocas con esa victoria”.

Y no fue un éxito fugaz. Barrenetxea-Arando y Onandia estuvieron en los puestos de cabeza durante todo el Campeonato. Al final, un sólo punto les privó de la victoria final.

Accidente en Goierri

Esta temporada comenzaron con todavía más energía. Su primer puesto en el Rallysprint de Legazpi-Gabiria, prueba inaugural del Campeonato, auguraba un buen año. Pero en esta ocasión, la cita del Goierri no les iba a traer suerte. “Teníamos la prueba ganada, pero se nos rompió el palier y tuvimos un accidente. No sólo nos vimos obligados a abandonar, sino que el coche quedó tocado y empezó a darnos bastantes problemas”.

Las secuelas les impidieron rendir al máximo en las tres siguientes carreras. Aún así lograron dos podios, con un segundo puesto en Amorebieta y un tercero en Ñañarrri. Estos resultados les permitieron no distanciarse mucho de los líderes del Campeonato, Aingeru Castro y Alaitz Urkiola.

A ganarlo todo

“A falta de cuatro pruebas, vimos que nuestra única posibilidad era ganarlas todas, algo realmente complicado”. Pero la dificultad no les hizo flaquear y tras las victorias de San Miguel, Karrantza y Azkoitia afrontaron la última carrera de la temporada en segundo lugar de la General.

“Íbamos 3 puntos por detrás de Castro. Pero al contrario de la temporada anterior, esta vez dependía de nosotros mismos. Si ganábamos en Aramaio lideraríamos el torneo con independencia del resultado de nuestro rival”. Dicho y hecho. El coche de Barrenetxea-Arando exprimió las ventajas de su tracción 4×4 sobre una pista empapada por la lluvia, y los pilotos de Durangaldea lograron su cuarta victoria consecutiva.

El zaldibartarra habla de suerte. Pero para firmar esta última parte del Campeonato hace falta algo más. “Hemos tenido un coche fiable, que nos ha permitido estar ahí, incluso con problemas mecánicos. Y hemos estado apoyados por un buen equipo. Pero creo que nuestra principal virtud ha sido saber correr lo justo, sin pasarnos ni quedarnos cortos”, remarca.