El derribo de la antigua Fundifés comenzará las próximas semanas

Los trabajos de derribo de la antigua fábrica de Fundifés comenzarán estas próximas semanas, una vez que la propiedad ya cuenta con todos los permisos solicitados, según ha confirmado el Ayuntamiento de Durango. Las tareas cuentan con un presupuesto de 318.792 euros más IVA y tendrán que lidiar con la presencia de materiales peligrosos, como el amianto.

La empresa Fundifés, que cesó su actividad previo concurso de acreedores y liquidación en 2008, disponía de varios edificios para llevar a cabo su actividad en una parcela de unos 14.042 m2 situada entre las calles Tabirabide Kalea y Gasteiz Bidea. Sus restos llevan décadas en un estado de abandono notable.

Ante esta situación, existe un riesgo de desprendimiento de los elementos estructurales de las instalaciones y de que eso puede suponer un peligro para la integridad de las personas y los bienes. Por ello, el Consistorio durangarra ha instado a Sprilur, sociedad adscrita al Gobierno vasco y propietaria de la parcela, a demoler la parte que pudiera causar daños por encontrarse en situación de ruina inminente.

Acuerdo con Sorginola

Los trabajos de derribo deberán realizarse con las medidas de seguridad pertinentes teniendo en cuenta la presencia de materiales peligrosos, entre otros, el amianto. Además, la demolición se deberá efectuar con especial cuidado para evitar la mezcla de los escombros generados con los demás residuos existentes.

Estas labores se centrarán en la nave central posterior y a las naves adosadas al edificio de oficinas, sin que ello suponga tener que derribar este último, donde hasta hoy en día se encontraba Sorginola. De todas formas, y ante el material contaminante que existe en la zona, se ha trasladado todo el material del gaztetxe al palacio Garai para mantenerlo a salvo mientras se busca una alternativa.

Imagen “dantesca”

En el proceso deberán retirarse los residuos peligrosos que se encuentran en el interior de la parcela, comenzando por la retirada de amianto de las cubiertas, así como de los fragmentos existentes en el suelo. En caso de incumplimiento de los plazos, el Ayuntamiento procederá a dictar multas coercitivas.

Una vez realizado el derribo, los restos de la antigua fábrica desaparecerán. “Con estos trabajos ponemos fin a esa tarjeta de visita dantesca que ofrecíamos a quienes llegaban a Durango desde Izurtza. Después de tantos años de abandono y de una situación peligrosa para la ciudadanía, esas ruinas innecesarias y contaminantes desaparecerán para siempre”, han explicado fuentes municipales.