Condenan al Ayuntamiento por no respetar la conciliación laboral de una empleada del polideportivo

Marian V., trabajadora del polideportivo de Berriz, finalizó el mes pasado una odisea que le ha llevado por los juzgados durante casi 3 años. Luchaba por defender unos derechos de conciliación laboral que el Ayuntamiento le negaba y por lo que ha sido condenado al pago de 4.084 euros por descuentos en el salario y de 6.251 euros por daños morales, que la empleada ha donado a la Asociación Española Contra el Cáncer.

Los problemas de Marian comenzaron en enero de 2015 cuando presentó su calendario laboral. “Como venía haciendo desde el 2007, solicité entrar una hora más tarde para poder llevar a mi hija al colegio”, recuerda. “Era algo que nunca se me había negado y un derecho incluido en el convenio del que disfrutaban otras compañeras”, añade.

Sin embargo, aludiendo a un supuesto informe de un responsable “que negaba haberlo escrito”, el Consistorio no accedió a su demanda. “Desde el sindicato me señalaron que era un derecho que me correspondía así que, tras un escrito al Consistorio que no tuvo efecto, se presentó una demanda en los juzgados ese mismo septiembre”, comenta.

En ese momento comenzó un proceso que se ha alargado en los tribunales al considerar que existían indicios de discriminación. “En cuanto se supo que otras personas de la plantilla sí gozaban del derecho que a mí se me negaba, se solicitó la presencia de un fiscal”, detalla. A estos hechos, les siguieron varios contactos con el alcalde para acercar posturas, pero no fructificaron.

Perder salud

Finalmente han sido los juzgados quienes han dado la razón a esta empleada en la limpieza de las piscinas. Al igual que a otros dos compañeros del polideportivo, que también han litigado contra el Ayuntamiento por otros derechos laborales. “Estoy contenta por lo conseguido, pero da rabia tener que luchar por conseguir lo que es justo y te corresponde legalmente”, denuncia. “He ganado la demanda, pero he perdido mucha salud. Nadie sabe la valeriana que he tenido que meterme en el cuerpo”.

En una primera instancia, el Consistorio fue condenado al pago de 4.084 euros por descuentos en su salario y, después de perder los recursos que ha presentado, a abonar otros 6.251 euros por daños morales. “Tenía claro que no me iba a quedar con esa cantidad y en enero de 2017 dejé por escrito, ante notario, que si lograba algo por ese concepto lo donaría”, indica. “Al final cobré ese dinero el 19 de junio y al día siguiente lo doné a la lucha contra el cáncer”.

De todo este duro camino, se queda con el apoyo recibido por la plantilla del polideportivo, con la ayuda sindical y con el hecho de que esta batalla “servirá en el futuro para otras personas que se encuentren en la misma situación”.