Coches clásicos, de ruta turística por la costa de Bizkaia

Driving Experience Durango celebró el pasado sábado su evento anual ‘Ruta turística de verano 2017’. Una singular concentración de coches clásicos y deportivos que difiere de lo habitual, “al cambiar el sedentarismo del tiempo de exposición por tiempo de conducción, aprovechando las magníficas carreteras y disfrutando de hermosos parajes que nos ofrece nuestra región”, narra desde el club, Jesús Domínguez.

Para esta edición, la organización volvió a retomar las carreteras costeras, que habían sido sustituidas en dos últimas ediciones por vías de interior de la propia Bizkaia, así como de Álava, Guipúzcoa o Navarra.

La localidad de Iurreta volvió a ser la base de concentración. Al final fueron 20 de los 25 inscritos los que tomaron la salida. Este año, a los ya habituales Audi Quattro, Ford Escort MKII o Renault 5 Turbo, se les unían algunas unidades de VW, con Golf MKII, Corrado, y hasta un Vento del 92; varios modelos de Ford Capri y Sierra Conswoth; Renault Super5 GTturbo y Clio 16v o Subaru Legacy. Aunque el coche que más expectación causaba era el un precioso Renault Alpine A110-1800 original de 1967.

Además, a los participantes les acompañaban tres modernos, “que no por ello poco espectaculares”, BMW M 650, Porsche Carrera 4S, y un Mitsubishi Lancer Evo VI ‘Makinen Edición’.

Navegar por la carretera

La ruta se dividía en tres sectores: El primero de Iurreta-Lemoniz, el segundo de Lemoniz-Ispaster y el ultimo Ispaster-Urrutxua. “Este último, si bien era el más corto y sencillo, fue complicado por una muy intensa lluvia que, más que rodar, provocaba la sensación de ir navegando”. Y es que, a diferencia de la pasada edición, la jornada fue acompañada de la lluvia en algunos casos excesivamente intensa.

Con “puntualidad británica”, los participantes iniciaron los 210 kilómetros de los que constaba el total de la ruta. Se empezó subiendo el alto de Muniketas por la parte de Montecalvo para bajar a las cercanías de Gernika, donde la carretera se volvía a empinar para subir por Morga y bajar a Larrabetxu y continuar pasando por los pueblos del Txorrierri hasta Asua. De allí, se subía al alto de Umbe para bajar a Sopela buscando la costa como compañera de recorrido. Una intermitente y fina lluvia también se estaba apuntando a la ruta.

Ya en Sopela se pasaba por Barrika y Plenzia para subir el último alto de este sector, el alto de Andraka, donde se encontraba el parking de Restaurante Urizar en Lemoniz, final de este primer sector.

Suculenta despedida

Con una intensa lluvia se despedían los participantes de Lemoniz, para iniciar el segundo sector. “Ésta nos acompañaría hasta Bakio pasando previamente por Armintza, para seguir por la costa hasta Bermeo que se encontraba en medio de sus fiestas”, continúa Domínguez. A partir de ahí, los participantes bordearon la desembocadura de la ría de Gernika para pasar por las playas de Laida y Laga. De ahí, por Ibarrangelua se llegó hasta Ispaster final del segundo sector.

Ispaster despidió a la caravana con una fina lluvia. Los participantes se dirigieron hacia Lekeitio para recorrer las míticas curvas que le unen con también localidad costera de Ondarroa llegando al límite de la costa vizcaína. A continuación, los participantes dejaron la costa para buscar el final de la ruta dirección Berriatua, para volver dirección Lekeitio subiendo el alto de Milloi. En Olaeta se tomó la dirección hacia Munitibar por Gizaburuaga y Aulesti donde un potente e intenso aguacero volvió a dar a los participantes “la sensación de navegar”. Ya en Munitibar, los pilotos se digirieron al Balcón de Bizkaia para acabar el recorrido en Urrutxua, en el barrio Ajuria de Muxika. A 12 kilómetros en línea recta del punto de salida de la Ruta, cinco horas antes.

“Una suculenta comida vasca, especialidad del Restaurante Urrutxua, puso colofón a una intensa jornada vivida entre las anécdotas y los comentarios de la aventura”, concluye Domínguez.